lunes, 12 de agosto de 2013

Obama vs. Snowden o el desafío del Estado de “vigilancia nacional”


por DALIA GONZÁLEZ DELGADO
@daliaglez
Edward Snowden continúa siendo foco de atención mediática y política. Sus revelaciones sobre los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos han abierto un sinfín de interrogantes. ¿Por qué el gobierno norteamericano ha reaccionado de manera tan dramática? ¿Por qué la necesidad de mantener a todos bajo vigilancia constante? ¿Qué relación puede haber entre el exempleado de la CIA y la reciente alerta de "amenaza terrorista"?
Para intentar dar a nuestros lectores algunas respuestas, Granma dialogó —vía correo electrónico— con Samuel Freeman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Texas-Panamerican.
Estados Unidos ha "sobrerreaccionado" con respecto a Snowden, porque "es cada vez más, no tanto un estado de seguridad nacional como uno de ‘vigilancia nacional"’, asegura el académico norteamericano. "El gobierno tiene tanto miedo de sus propios ciudadanos como de los extremistas".
"A medida que aumenta la fusión entre las empresas y el gobierno estadounidense, con las corporaciones apoderándose de las funciones que históricamente eran de nuestro gobierno y la cada vez mayor participación de los ricos en la distribución de las riquezas de la nación, el pueblo norteamericano se ha vuelto más resistente.
"Eso significa que el Estado debe mantener a la ciudadanía bajo vigilancia constante para ser capaz de aplastar cualquier levantamiento potencial". Según Freeman, se ha hablado incluso de que "el FBI había desarrollado planes de contingencia para asesinar a líderes del movimiento Occupy Wall Street".
Filtraciones como las de Snowden generalmente se comparan con el escándalo conocido como los Papeles del Pentágono, una historia sobre cómo dos administraciones estadounidenses mintieron a sus ciudadanos sobre la guerra de Vietnam. Daniel Ellsberg, analista militar del Pentágono, dio a conocer los documentos en 1971.
"Lo que hizo Snowden no es significativamente diferente de lo que hizo Ellsberg —opina Freeman—. Mientras que los partidarios de Nixon pidieron su detención y lo llamaron traidor, en realidad nunca hubo ningún riesgo serio de que fuera a la cárcel.
"Hoy en día, el soldado Bradley Manning está acusado de espionaje, y es probable que pase el resto de su vida en prisión por hacer lo mismo que hizo Ellsberg. Y si Snowden es devuelto a Estados Unidos se enfrenta al mismo destino".
Por otra parte, el profesor considera que la reciente alerta de "amenaza terrorista" lanzada por Estados Unidos, que llevó a cerrar temporalmente varias de sus legaciones diplomáticas en el mundo musulmán, podría tener una segunda lectura.
"He aprendido a ser profundamente desconfiado de cualquier alerta ‘terrorista’. Hubo muchas falsas alarmas durante la administración Bush. Creo que fueron diseñadas con el objetivo de mantener alto el nivel de histeria, y que Bush pudiera llevar adelante sus planes para lograr el ‘estado de vigilancia nacional’.
"Hay demasiadas cosas acerca de la histeria actual sobre posibles ataques terroristas que hacen que me pregunte si no es otra falsa alarma diseñada para ‘legitimar’ los programas NSA expuestos por Snowden, y que ahora están siendo fuertemente criticados por los ciudadanos e incluso algunos miembros del gobierno".
El gobierno norteamericano informó que su decisión estuvo motivada por la interceptación de varios mensajes donde líderes de Al Qaeda conversaban sobre un posible ataque.
Al respecto, Freeman sostiene que "mientras Estados Unidos ha encontrado la manera de penetrar los sistemas de comunicaciones de Al Qaeda, ellos han trabajado duro para mejorar su seguridad. ¿Entonces, de repente, dos de los principales líderes de esa organización, en una conversación interceptada con facilidad, hablan casi abiertamente de algún tipo de ataques importantes que realizarán pronto?".
"Eso podría ser lo que pasó. Puede ser una prueba para ver cómo reaccionaría Estados Unidos, ver lo que hacemos bajo amenaza, y a partir de ahí planificar un ataque real. Aunque tengo algunas dudas, podría ser que esos líderes realmente hayan tenido esa conversación, y haberlo hecho abiertamente a propósito".
"O podría ser, como he especulado anteriormente, una táctica fabricada por el gobierno para crear histeria y ayudar a que los estadounidenses razonen que realmente necesitamos estos sistemas de espionaje".


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