jueves, 10 de octubre de 2013

Estados Unidos: la parálisis es política, no económica





por DALIA GONZÁLEZ DELGADO
Estados Unidos entró en su segunda semana de cierre del Gobierno. Continúan en sus casas 800 mil empleados públicos, obligados a vacaciones sin sueldo. Los turistas no han podido visitar la Estatua de la Libertad, el Cañón del Colorado, ni los museos del Instituto Smithsonian en Washington. Incluso la agencia espacial NASA se ha visto afectada.
A pesar de la gravedad del asunto, hay mayor preocupación sobre otra fecha: el 17 de octubre, cuando se cumple el plazo para que el Congreso apruebe una subida del techo de la deuda, actualmente de unos 16 billones de dólares. No elevar ese tope podría imposibilitar a Estados Unidos para pagar los intereses de los Bonos del Tesoro y emitir nuevos bonos.
Pero el Gobierno no se ha "paralizado" por falta de dinero, sino por falta de acuerdos en el Congreso, que han imposibilitado la aprobación del presupuesto federal.
Lo que está sucediendo es algo "insólito", dijo a Granma el Dr. en Ciencias Económicas Luis René Fernández Tabío, del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.
Aunque considera que hay un "gran riesgo", pues están negociando "al borde de la crisis", cree que lo más probable es que se llegue a un acuerdo antes de la fecha límite.
No obstante, advierte algunas de las consecuencias de no elevar el techo de la deuda. "Sería un gran desastre, dado que Estados Unidos sigue siendo una economía fundamental, centro del capitalismo en el sistema de la economía mundial; sería como una segunda fase de la crisis del 2007. En este caso sería aún peor, dado que las secuelas de la crisis precedente no se han resuelto totalmente.
"Además, produciría un colapso del mercado de capitales y una aguda recesión no solamente en Estados Unidos, sino de consecuencias globales, debido a que los bonos de la Reserva Federal han sido las inversiones más seguras y confiables, reserva monetaria del resto del mundo, y a partir de este momento elevarían su riesgo, con consecuencias nefastas para la economía global".
OBAMA VS. TEA PARTY
La relación entre el presidente Barack Obama y el Partido Republicano, especialmente con los miembros ultraconservadores del Tea Party, ha sido muy tensa, pues este grupo defiende la idea de un gobierno que "gaste menos" y no tenga programas asistencialistas. Así, el Partido Republicano condiciona la aprobación del presupuesto a un recorte en el gasto público; especialmente exigen la postergación por un año de la reforma de salud, conocida como Obamacare.
Se están enfrentando dos visiones económicas, y cada cual quiere imponer su posición. Estados Unidos, que ha gastado más de lo que ingresa, necesita reducir ese déficit. Obama ha propuesto subir los impuestos a los más ricos, pero los republicanos consideran que la solución es reducir el presupuesto de varios programas sociales. "Hay un problema estructural, de acumulación de contradicciones, que está agravado por políticas económicas conservadoras. Obama está tratando de corregir eso, pero el Congreso, donde sigue la influencia conservadora muy fuerte, quiere ganar esta batalla", explicó Fernández.
A su juicio, el problema ahora no es económico, sino político. "Esto es una batalla electoral", asegura. Ambas partes están pensando en las elecciones de medio término del 2014, que de alguna manera podrían decidir el resultado de las presidenciales del 2016. Aunque Obama no puede ser reelecto, quiere garantizar su "legado".
El experto considera que no subir el techo de la deuda sería un "disparate". Acabaría siendo algo "suicida, porque el asunto es quién se va a hacer responsable del problema".
Según una encuesta llevada a cabo por la cadena televisiva CBS, el 72 % de los estadounidenses se opone al cierre del Gobierno. El 44 % de los consultados culpa a los republicanos de esta situación, el 35 % acusa a los demócratas y solo un 17 % responsabiliza a ambas partes.
EL DESEMPLEO ES EL PROBLEMA
Este nuevo capítulo de una novela más larga —así define la situación Fernández— tiene un antecedente en diciembre del 2012, cuando muchos vaticinaban que Estados Unidos caería en un "abismo fiscal" si no se lograba un pacto en el Congreso antes de enero de este año. Finalmente, el acuerdo llegó, apenas unos minutos antes de la fecha límite.
Esta vez, también podrían ponerse de acuerdo a última hora, aunque "eso en sí mismo ya es un desastre", opina el economista cubano. "Es otra reiteración de que el Gobierno norteamericano, el sistema político norteamericano, no está funcionando bien. Y peor aún, los resultados de esa locura van en contra de los mejores intereses de la mayoría del pueblo de ese país".
Según explica el analista, el tema del déficit desvirtúa la atención del problema central de la economía norteamericana: el desempleo, que en agosto era del 7,3 %. "El desempleo está asociado al bajo crecimiento; la economía norteamericana necesita incrementar el ritmo de crecimiento, para que las expectativas de la gente aumenten".
"Y en vez de resolver eso, que sería contestar a la pregunta de qué hay que hacer para que la economía crezca más rápido, qué hay que hacer para reducir el desempleo, ellos están preocupados en cómo reducir el déficit, porque eso baja la deuda. Y los conservadores utilizan el techo de la deuda para que Obama se vea obligado a hacer cambios en su política".
Prestigiosos economistas dentro de Estados Unidos, como los Premios Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglitz, insisten también en que la principal dificultad no es el déficit, sino el desempleo. Pero, según Luis René Fernández, esas voces son aún minoritarias.
¿Cuál será el final de esta historia? Obama y el Congreso mantienen la pulseada, con intercambio de acusaciones hacia ambos lados.
El mandatario ha pedido a los legisladores detener "esta farsa" y poner fin al bloqueo de la adopción de un presupuesto. "El ala derecha del partido Republicano no quiere dejar al presidente de la Cámara, John Boehner, someter esta ley a votación", dijo el sábado durante su habitual programa radial. Asimismo, dejó claro que no cederá ante chantajes. "No voy a pagar un rescate a cambio del aumento tope de la deuda", afirmó.
En esa misma línea, un editorial de Los Angeles Times subraya que si los miembros de una Cámara logran imponer su voluntad y doblegar al Congreso y la Casa Blanca, se establecería un "precedente desastroso".



2 comentarios:

  1. Buen resumen de la situación. Lo único que diría es que es tal vez mas que solo una "batalla electoral" con vistas a 2014 o 2016. Es también una "batalla de ideas
    sobre la forma y el papel del estado. Ojalá que se resuelva pronto.

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  2. Señor Tribble: usted tiene razón, es más que una batalla electoral (aunque también es eso). También digo en el trabajo que se enfrentan dos maneras diferentes de entender la economía, una conservadora, que parece ser mayoritaria, y otra que podríamos llamar liberal o tal vez keynesiana... Saludos Dalia González, @daliaglez

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