Otra vez es 7 de octubre y el pueblo se reúne en el Palacio de
Miraflores. De nuevo los venezolanos celebran la victoria perfecta que
hace un año le regalaron a su presidente Hugo Chávez... Foto Inédita del 7 de octubre del 2012, revelada por María Gabriela Chávez por Twitter.
por JORGE LEGAÑOA ALONSO
@cronicasdecuba
Chávez, el invicto, había salido de Sabaneta –en su natal Barinas– a
Miraflores en el cierre de la campaña presidencial 2012 y recorrido, por
enésima vez, una buena parte del país en apenas cuatro días. Caracas se
había colmado de pueblo el 4 de octubre. Siete avenidas se repletaron y
nadie se movió, aún cuando una lluvia intensa rompió sobre la ciudad.
Chávez no vaciló y salió bajo el torrencial aguacero a compartir con su
pueblo. Muchos lo calificaron como el bautizo de la victoria en el día
de San Francisco.
Sería la última vez que el Presidente
recorriera decenas de calles caraqueñas para saludarles de cerca,
mientras, la caravana caminaba a paso de Morrocoy. El Comandante Chávez
no perdió nunca, todas las batallas las ganó, la última, la batalla de
Carabobo de octubre, fue la del resultado perfecto.
Hoy sus ojos
caminan por doquier –desde lo más alto de un edificio hasta el pecho de
una joven– como oteando qué hace cada cual por la Revolución. Ya lo
había dejado claro meses antes: “Yo ya no me pertenezco, yo soy del
pueblo”.
Su vida estuvo marcada por grandes momentos: la niñez
pobre, la academia militar, los desmanes del país que conoció de punta a
punta, el alzamiento del 4 de Febrero, la prisión fecunda, la lucha
electoral, la victoria, el golpe de Estado, el regreso, las victorias
sucesivas... Su carácter lo hizo fuerte y decidido. Su inteligencia le
ganó el amor, simpatía y respeto de millones. Por su calidez humana
muchos le siguieron y le siguen: “Los que quieran Patria vengan con
Chávez” y se vino Venezuela toda.
El hombre de las causas justas
se inmoló con la elección del 7 de octubre. “Echó el resto”, diría uno
de sus colaboradores. Sabía que se jugaba la Patria por la que tanto
había luchado. Su sacrificio no fue en vano, abrió el camino para nuevas
batallas. Ahora el pueblo vuelve al Balcón del Pueblo en Miraflores y
corea una y otra vez el grito de esperanza: “¡Chávez vive, la lucha
sigue!”
Y es que el enemigo no da tregua en Venezuela. Ya lo
había prevenido hace un año cuando celebraba la victoria del 7O: “No
caigamos en catastrofismos, ese es el lenguaje de la burguesía, de la
oposición que no quiere Patria. (…) Tenemos que seguir luchando por la
mejor Venezuela”.
Es de nuevo 7 de octubre y sus palabras de
aquella noche de cohetazos y fuegos artificiales, parecieran
premonitorias. Mientras en la calle la vida es normal, los niños asisten
a la escuela, se siguen construyendo viviendas para los venezolanos, el
salario mínimo aumenta, y de los cerros baja la música de un rumbón, en
lo que escribo estas líneas, los principales voceros de la oposición y
la mayoría de los medios de comunicación, dibujan un país en caos al que
algunos dan fecha de caducidad para enero de 2014 con un supuesto
“estallido social” al estilo del caracazo del año ’89.
En la hora
del recuento y de la marcha unida está latente el legado de Chávez que
el Presidente Maduro no deja morir. Revive la alerta del padre; habrá
que repetirla hasta el cansancio, acompañando a las obras del gobierno:
“No caigamos en el catastrofismo de la burguesía”.
Esta semana
que recién comienza será intensa, como todas, desde que la Revolución
llegó al poder en el año 1998. Pero esta trae una hoja de ruta de
avanzada: lunes 7 de celebración. Victoria del gigante Chávez; el martes
8 el Presidente Maduro presentará ante la Asamblea Nacional la
solicitud de Ley Habilitante para combatir la corrupción “caiga quien
caiga”; el miércoles 9 comienza la segunda fase del Gobierno de Calle
que ha ido por todo el territorio poniendo mucho oído, para gobernar
obedeciendo al pueblo.
Está declarada la guerra económica;
pareciera imperceptible, pero se repiten viejos esquemas de
desestabilización: insuflan la matriz de la escases de productos
básicos, y comienzan las compras nerviosas que sobrepasan hasta en un
30% a la demanda normal de un producto determinado, entre otras
acciones.
Cualquiera diría que es cosa de locos; pero no, está
claro que la mirada está puesta en las elecciones municipales del 8 de
diciembre. Los líderes de la oposición han dicho que pretenden esta
contienda sea como un referéndum revocatorio para el Presidente Maduro.
Se juegan el todo por el todo para sus fines.
“Celebramos este 7
de octubre porque Chávez seguirá siendo invicto –le escucho decir a un
venezolano curtido por los años– pero claro, mijo, siempre y cuando,
cada uno de nosotros, siga haciendo su parte en las batallas que están
por venir”.
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