por Jorge Legañoa
Alonso
@cronicasdecuba
De nuevo me vienen con el cuentico de que si la “oposición”
cubana anda en esto o en aquello. Se esfuerzan esos “medios” en demostrar que
quienes reciben dinero de un gobierno para armar brete y chanchullo en
cualquier esquina de La Habana son la “oposición legítima de Cuba”, cuando en
realidad son unos MERCENARIOS.
Sí, MERCENARIOS, sin que le tengamos miedo a la palabra por repetirla muchas veces. Pero si me preguntan,
si me ponen una cámara delante o un micrófono, se los diré, se los repetiré y
les daré mis argumentos.
Porque los MERCENARIOS no solo reciben dinero para conspirar,
sino que adolecen de un proyecto de país, de un liderazgo auténtico,
verdaderamente de pueblo. Porque ser un MERCENARIO es llenarse la boca para
decir que aman a su Patria y ensucian la bandera de esta tierra con sus anhelos
personales de bolsillos llenos.
Entonces, no me vengan de nuevo con el cuentico repetido de
los opositores porque en Cuba lo que hay –y por suerte son pocos– son MERCENARIOS
pagados por Estados Unidos y compañía, que hacen del cacareo un discurso y del
billetaje verdolaga su proyecto de gobierno.
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