jueves, 17 de febrero de 2011

Afinidades buscando un tesoro


por JORGE LEGAÑOA ALONSO
En medio del friecillo de estos días en La Habana, me he tomado junto a algunas amistades, la licencia de refugiarme no en el calor de la casa sino en el cine. He visto la peli cubana "Afinidades" de Jorge Perugorría y Vladimir Cruz. Si tuviera que ponerla en la escala del 1 al 10 de mi gusto, pues la colocaría en el 9.

Maravillosa la fotografía, (esta Isla nuestra tiene belleza por doquier y la Laguna del Tesoro y la villa Guamá en la Ciénaga de Zapata es un paraiso) que decir de las actuaciones de Perugorría y Vladimir Cruz y las de ellas Cuca Escribano y Gabriela Griffith. La música de Silvio... sin comentarios.


La sinopsis solo retrata un pedacito ínfimo de lo que es esta realización de Perugorría y Cruz: "Ante el vacío y la falta de explicación racional de muchos de los problemas del mundo contemporáneo, a veces parece que la única salida es refugiarse en los instintos… y los instintos nos conducen al sexo. Al menos esta es la salida que encuentran los protagonistas de esta historia: el sexo a modo de descarga eléctrica para mantenerse vivos, la manipulación de los demás como vía de conjurar la impotencia y reafirmar sus personalidades laceradas por la soledad. Pero el resultado es efímero y el intento tiene consecuencias imprevisibles".

Y es que en este acercamiento a lo erógeno como catarsis a los conflictos de los seres humanos no radica para mí la peculiaridad de la película, aunque si es bastante novedosa en un ambiente cinematográfico marcado por su habitual distancia con el erotismo y la sensualidad visualmente expresada.

Me voy un poco más allá. Lo erógeno es solo el motivo, el pretexto... No sé si es que estoy medio fundido y veo demasiado pajaritos en el aire, pero no se puede dejar escapar el discurso... en los diálogos y los monólogos internos de desesperación de cada personaje está el mayor logro de "Afinidades".

Ojo, no digo que sea un drama, pero los conflictos me mantuvieron pensando un buen rato después de verla. Nada... cosas de la vida. Desde la butaca del cine suspiré varias veces. ¿Es un retrato? Quizás, el cine nunca está divorciado de la realidad. Pero no cabe dudas que el argumento está muy bien logrado y el ambiente es idílico para hacer pensar a un público, por temporadas habituado a lo obvio y lo machacoso del cine cubano.

¿Críticas? Prefiero que vean la película.

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