sábado, 21 de noviembre de 2009
En mi Cuba la locura es un arte
por JORGE LEGAÑOA ALONSO
Ayer pensé que el loco era yo. No daba pie a lo que mis ojos estaban viendo en las calles de la vieja Habana de los cubanos. La locura se adueñó de los adoquines de la ciudad y se convirtió en arte cuando pacientes psiquiátricos escenificaron una insólita obra de teatro dirigida por un dramaturgo francés, que busca restaurar la autoestima de los enfermos y hacer “teatro de calidad”.
El actor y director francés Serge Sandor estrenó “El Caballero de París”, una obra basada en la vida del emigrado español José María López Lledín, quien enloqueció y sus andanzas por la ciudad lo convirtieron en parte de la leyenda urbana del siglo pasado en La Habana.
“Lo bueno de esto es que ellos redescubrieron un poco el ego, el narcisismo que habían perdido muchos, descubirieron la vida social”, dijo Sandor a Reuters, minutos antes de estrenar su obra.
La puesta en escena, que reúne a cerca de 200 enfermos de dos clínicas de la capital cubana, abre con un cortejo fúnebre en que participan desde ancianos con síndromes depresivos hasta esquizofrénicos, neuróticos y enfermos aquejados de síndrome de down.
“La idea no es hacer un teatro de bajo nivel, la idea es que debemos lograr muy buen nivel de actuación”, dijo Sandor. Para ello, los pacientes participaron en talleres de actuación y expresión corporal, impartidos por actores cubanos.
Una mula llevaba el féretro del legendario personaje, en cuya marcha fúnebre iba escoltado por enfermos mentales, a menudo acompañados de enfermeros y asistentes durante la procesión de casi una hora hasta llegar a la sala de teatro.
Ernesto Maseda, de 65 años y paciente psiquiátrico que protagoniza el Caballero de París, dijo que la obra es una gran oportunidad.
“Yo me he sentido bastante realizado (…) Me siento bastante bien y contento que haya podido interpretar a un personaje tan histórico”, dijo Maseda, después de contar que su anhelo siempre ha sido actuar.
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