por Jorge Legañoa Alonso.
Seguiremos trabajando con personas de buena
voluntad en Estados Unidos para que el Congreso elimine el bloqueo
contra Cuba y normalicemos relaciones, aseguró el Reverendo Jim Winkler,
Presidente del Consejo de Iglesias de ese país (NCC, por sus siglas en
inglés).
Tomará tiempo y mucho trabajo, pero haremos que nuestra
voz sea escuchada. Eliminar el bloqueo es lo correcto, afirmó en
entrevista con la prensa cubana que recientemente viajó a Washington
para la tercera ronda de conversaciones entre Cuba y EE.UU.
Winkler, quien ha viajado a Cuba en varias ocasiones, la última hace
apenas unas semanas, accedió a dar su mirada sobre el giro de las
relaciones entre los dos países. Confesó estar entre los
sorprendidos con los anuncios del 17 de diciembre: “...nosotros hemos
trabajado durante mucho tiempo por la normalización de las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba, pero no nos anticipamos a esta noticia...”. Agregó que no pensó que el gobierno de Barack Obama tuviera el coraje político de tomar esa decisión.
Es un gran paso hacia adelante para el Presidente y el país reconocer
públicamente que la política ha fracasado; el pueblo norteamericano le
ha dado la bienvenida a esta decisión, aseguró.
El reverendo confesó que fue maravilloso estar en Cuba
recientemente y ver el espíritu de la gente con los anuncios realizados
por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Algunos no están de acuerdo, pero la mayoría de los estadounidenses
apoya el cambio de rumbo hacia Cuba, entre ellos la mayoría de las
iglesias que pertenecen al NCC, organización fundada en 1950 y que
agrupa a 45 millones de personas en más de 100 mil congregaciones
locales en comunidades de todo Estados Unidos. El reverendo
confesó que fue maravilloso estar en Cuba recientemente y ver el
espíritu de la gente con los anuncios realizados por los presidentes
Raúl Castro y Barack Obama. Durante su estancia en la Isla pudo
reunirse con líderes religiosos y con Los Cinco Héroes cubanos, con
quienes compartió historias y vivencias de todos los años de lucha en
reclamo de justicia para ellos. Estamos muy felices porque
nuestras iglesias tienen una historia común, clamaron por el regreso del
niño Elián González con su papá, que era lo correcto y ahora seguiremos
trabajando de conjunto con muchas personas de buena voluntad en
nuestro país y en especial el Congreso, para eliminar el bloqueo,
apuntó. Winkler mostró un documento del año 1973 del NCC, en el
que exigían que si EE.UU había normalizado relaciones con la Unión
Soviética, cómo no iba a hacerlo con Cuba. Sabemos que hace falta
mucha más presión y que tenemos que ser más consistentes en el trabajo
con el Congreso, esperamos que líderes de la iglesia cubana se nos unan
en Washington para tener algunas reuniones en el Capitolio, aseguró el
reverendo. Al preguntársele sobre un posible cambio de postura
hacia Cuba en un Capitolio de mayoría republicana dijo incluirse entre
los optimistas. Sé que es un Congreso dominado por republicanos,
pero incluso dentro de ese partido hay personas que han apoyado la
normalización durante muchos años, en parte por la importancia de la
relación económica entre los dos países, comentó.
“...nosotros hemos trabajado durante mucho tiempo por la
normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, pero no nos
anticipamos a esta noticia...”
Para el presidente y secretario general de la NCC, en el órgano
legislativo estadounidense no están lidiando con una oposición
intransigente dado que existe una coalición bipartidista que está
trabajando y ha presentado propuestas de leyes en relación a temas como
la eliminación de la prohibición a los ciudadanos norteamericanos de
viajar a Cuba, el comercio o el acceso a tecnologías de la información. Este es el momento y debemos hacer que suceda, durante el tiempo que le queda a Obama de presidente, agregó.
Sobre los elementos que dentro del Congreso están buscando bloquear el
proceso de restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos,
apuntó que lo hacen por razones meramente políticas porque buscan
capitalizar el tema y aprovecharlo para sacar ventaja en las políticas
electorales, pero esa no es la voluntad popular. En relación con
la iniciativa presentada hace par de semanas por el senador republicano
Marco Rubio para condicionar el levantamiento del bloqueo a que Cuba
pague las propiedades nacionalizadas al triunfo de la Revolución en
1959, dijo que no cree que tenga posibilidad alguna. Incluso si
los representantes y senadores lograran convencer al Congreso de pasar
alguna legislación, como la de Rubio, para frenar el proceso, el
Presidente puede vetarla, aclaró Winkler. En su opinión, mientras
más estadounidenses viajen a Cuba, y muchos quieren hacerlo, la conexión
directa entre las personas contribuirá a las relaciones y creará bases
de confianza que ayuden a un escenario positivo para la normalización y
los miembros del Congreso siempre quieren oír lo que sus votantes
quieren decir, abundó. Sobre la idea que preconizan algunos de que
la Isla es un peligro para la seguridad de EE.UU señaló que nadie cree
ese argumento. Cada día que se mantengan las conversaciones y las
personas conozcan más de la realidad cubana y las iglesias se mantengan
juntas, intercambiando, cada día que las personas se acostumbren a que
tenemos relaciones, le será más difícil a los que quieren detener el
proceso tener éxito alguno, auguró. Ante la posibilidad de que un
republicano llegara a la Casa Blanca en las elecciones generales de
noviembre de 2016, dijo que no se sorprendería que de ser electo tratara
de obstaculizar el proceso de normalización de relaciones, pero ve muy
difícil” que el rumbo actual de sea reversible.
La reapertura de embajadas centrará la segunda ronda de diálogo entre
Estados Unidos y Cuba que tendrá lugar en la sede del Departamento de
Estado en Washington el 27 de febrero.
“Una embajada de Estados Unidos en La Habana nos permitiría promover
nuestros intereses y valores de manera más efectiva, y aumentaría
nuestro compromiso con el pueblo de Cuba”, afirma un comunicado divulgado por el Departamento de Estado.
Esta será la segunda ronda de negociaciones entre EE.UU. y Cuba desde
el inicio, en diciembre pasado, del histórico proceso para reanudar las
relaciones diplomáticas bilaterales, después de las reuniones
mantenidas a finales de enero en La Habana.
La delegación de Cuba volverá a estar encabezada por la directora
para Estados Unidos de la Cancillería de Cuba, Josefina Vidal, mientras
que la secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para Latinoamérica,
Roberta Jacobson, liderará de nuevo la representación de Washington.
El pasado 22 de enero las delegaciones de ambos países reunidas en La Habana trazaron una hoja de ruta para retomar las relaciones bilaterales, que en su etapa inicial tiene la reapertura de embajadas como uno de los principales objetivos. Josefina Vidal reconoció tras la reunión con Jacobson en La Habana
que “trasladamos que sería difícil de explicar que se ha producido un
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU mientras
nuestro país continúe injustamente en la lista de Estados patrocinadores
del terrorismo internacional”.
También se abordó que para la apertura de embajadas será necesario
que se resuelva la situación bancaria de la Oficina de Intereses de Cuba
en Washington, que lleva casi un año sin estos servicios.
por Jorge Legañoa Alonso
Queremos avanzar en las relaciones políticas, culturales y económicas entre Estados Unidos y Cuba, porque el bloqueo no ha tenido ningún éxito, afirmó en esta capital Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU.
Hay un fuerte apoyo bipartidista para el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, apuntó, sin embargo, “no es completo, todavía hay divisiones entre quienes tienen la potestad de llevar a discusión un proyecto de ley”, aclaró.
Pelosi dijo que han sido tres días muy productivos los de su visita a Cuba, “estamos muy satisfechos con el trabajo, porque esta visita busca ver cómo avanzamos hacia el futuro, y estamos muy entusiasmados con las potencialidades de los planes que hemos hablado”.
La legisladora demócrata, acotó en conferencia de prensa junto a un grupo de congresistas de visita en Cuba, que lleva mucha información para sus colegas del Partido Republicano.
“Estuvimos de acuerdo en muchas cosas y en desacuerdo en otras, pero esto nos ayudará a dar pasos enormes en lo adelante. Lo próximo sería sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo”, agregó Pelosi.
En tal sentido, el congresista Jim McGovern, representante por Massachusetts, llamó a eliminar a Cuba de esta lista porque “no pertenece a ella”.
“Eliminemos esta excusa y empecemos a tener relaciones diplomáticas normales. Así es como comienza un proceso constructivo”, reclamó.
Para el legislador David Cicilline, sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, abrir las embajadas y solucionar el problema bancario de la Sección de Intereses de la Isla en Washington, “son pasos que debemos tomar para construir confianza entre nuestros dos países y podamos tener discusiones productivas”.
Hay mucho que compartimos y que nos puede beneficiar a ambos, señaló por su parte la representante por el estado de California, Anna Eshoo, “este es un trabajo bipartidista muy importante para que tengamos éxito”, enfatizó.
Eshoo narró parte de su recorrido por la Escuela Latinoamericana de Medicina y dijo que tras los anuncios históricos del 17 de diciembre son grandes las posibilidades para trabajar con la sociedad cubana y queremos hacerlo porque los valores del pueblo cubano en educación, medicina, comercio, estudios, becas, son muy avanzados, como en EE.UU. y otros países del mundo.
Por su parte, el congresista por Minnesota, Collin Peterson, declaró que desde que fue electo al Congreso hace 25 años ha apoyado el levantamiento del bloqueo a Cuba; “hemos tenido avances y retrocesos y esto ha dañado a los dos países, especialmente al pueblo cubano”.
“Queremos dejar atrás el bloqueo, venderle comida a Cuba, podemos ayudar a que la agricultura de la Isla se desarrolle, pero tenemos restricciones en EE.UU. que hacen difícil este comercio, lo cual es estúpido, es algo que no tiene sentido”, subrayó Peterson.
Los miembros de los partidos deberían debatir sobre estas cuestiones –añadió Peterson– y tenemos oportunidad de triunfar en esto.
Entre los anuncios que realizó la delegación de congresistas estadounidenses está el restablecimiento del grupo de trabajo bipartidista sobre Cuba, lo cual ayudará, señaló Peterson, a “empujar al liderazgo republicano para que haya un poco de democracia en el Congreso, debatamos, y que las iniciativas sean votadas”.
El grupo de legisladores lo integran Elliot Engel, representante de Nueva York; Rosa DeLauro, de Connecticut; Collin Peterson, de Minnesota; Anna Eshoo, de California; Nydia Velázquez, de Nueva York; Jim McGovern, de Massachussets; Steve Israel, de Nueva York, y David Cicilline, de Rhode Island.
A dos meses de los anuncios hechos por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, esta delegación de nueve congresistas estadounidenses ha desarrollado intensas jornadas de trabajo en La Habana que incluyeron reuniones con el canciller Bruno Rodríguez; con 20 diputados del Parlamento Cubano, encabezados por su vicepresidenta Ana María Mary Machado; con la viceministra de Inversión Extranjera, Ileana Nuñez; y la visita a la Escuela Latinoamericana de Medicina; entre otras actividades.
Como informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, el 27 de febrero próximo se desarrollará en Washington D.C., la capital estadounidense, la segunda ronda de conversaciones entre ambos gobiernos sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
La Habana, 17 feb (AIN) Los senadores estadounidenses Claire McCaskill,
de Missouri, Amy Klobuchar, de Minnesota, y Mark Warner, de Virginia,
destacaron en conferencia de prensa en esta capital, las potencialidades
de las relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos.
Klobuchar, McCaskill y Warner, todos miembros del Partido Demócrata,
dijeron sentirse optimistas por el futuro de las relaciones entre ambos
países, al tiempo que señalaron estar impresionados por las
oportunidades que ofrece la Zona Especial de Desarrollo del Mariel
(ZEDM), luego de una visita a ese puerto. Claire McCaskill apuntó
que son los primeros miembros del Congreso de su país en recorrer la
ZEDM y manifestó estar sorprendida al ver lo que está sucediendo en el
área. “Provengo de un estado donde cultivamos frijoles, maíz y
arroz, tenemos vacas, cerdos; ya veo barcos anclados en el Mariel y
contenedores con comida producida en Missouri, pero para lograrlo
tenemos que seguir adelante con este proceso tan complicado de
relaciones entre ambos países, afirmó la senadora. Por su parte,
Amy Klobuchar, quien presentó en el Senado el pasado 12 de febrero, un
proyecto legislativo bipartidista que propone eliminar las restricciones
del bloqueo referidas al comercio, los viajes y la transportación
marítima, entre otros aspectos, agregó que hay mucho interés en Estados
Unidos sobre las posibles relaciones comerciales con Cuba.
Klobuchar, quien es miembro de la Comisión de Turismo del Congreso
estadounidense, afirmó que en la Isla hay numerosas perspectivas para el
desarrollo de esa industria. “Sabemos que tenemos mucho camino
por andar todavía, pero me siento muy contenta de haber realizado este
viaje, habernos entrevistado con el canciller Bruno Rodríguez y
agradecerle al Gobierno y al pueblo cubanos por el calor recibido”,
señaló la senadora por Minnesota quien afirmó que nunca pensó que el 17
de diciembre de 2014 sería “un día que recordaría toda mi vida”.
Al responder preguntas de la prensa, Klobuchar consideró que a partir
del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados
Unidos se podrá avanzar más en el proyecto que presentó la semana pasada
y mejorar el comercio en áreas como la agricultura. El senador
Mark Warner, quien fue gobernador de Virginia, aseguró que en materia de
relaciones comerciales habrá beneficios para ambos países si se
continúa trabajando de conjunto aún cuando existen diferencias.
Virginia fue uno de los primeros estados que en 2002 comenzó a vender
productos agrícolas a Cuba y desde entonces se han realizado con fuertes
limitaciones que incluyen pagar al contado y por adelantado, y en este
sentido Warner señaló que espera se pueda superar las restricciones al
comercio en el nuevo contexto”. “Tenemos que dejar atrás las
diferencias y darnos cuenta que este es un nuevo día y que ambas partes
debemos avanzar”, apuntó Warner, al tiempo que dijo ser optimista
respecto a las conversaciones entre los dos países. Antes de
concluir la conferencia de prensa, la senadora Amy Klobuchar dijo que
regresa a su país con los objetivos del viaje cumplidos: “la razón
principal fue venir e intercambiar con el pueblo cubano, cosa que
pudimos hacer, caminar por las calles, regresar y decirles a nuestros
colegas lo que hemos visto, que hay un espíritu empresarial aquí, que el
pueblo quiere mejores relaciones con EE.UU”. Este es el primer
grupo de senadores que visita la Isla luego de los anuncios realizados
por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre
pasado. "Regresamos con mucha información recopilada para dársela a
nuestros colegas porque hay personas en el Congreso que tienen una sola
visión de Cuba y es solo lo que escuchan en el Capitolio”, afirmó
Klobuchar. Los senadores, que arribaron a la Isla el pasado
sábado, cumplieron intensas jornadas que incluyeron un encuentro en la
tarde del lunes con Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones
Exteriores de Cuba, con quien abordaron el proceso de restablecimiento
de las relaciones diplomáticas entre ambos países y el levantamiento del
bloqueo impuesto a Cuba.
jueves, 12 de febrero de 2015
Entrevista a Josefina Vidal, Directora General
de la Dirección General de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones
Exteriores. Cristina Escobar.-Cuba
y Estados Unidos están viviendo una nueva etapa de relaciones
diplomáticas. ¿Cómo construir este lazo tras tantos años de
enfrentamiento y qué significan los recientes diálogos entre ambos
países?, fueron preguntas que llevamos a Josefina Vidal, Directora
General de Estados Unidos del Minrex, en entrevista exclusiva con la
Televisión Cubana. Josefina, hay personas en las calles aquí en Cuba y también
medios de prensa internacionales que dicen, o se preguntan, que el
bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba terminó. ¿Eso es verdead? Josefina
Vidal.- No, no, el bloqueo no ha terminado, lo que ha ocurrido es que
en uso de sus prerrogativas ejecutivas, que las tiene, el Presidente de
Estados Unidos anunció un grupo de medidas para modificar la aplicación
de algunos aspectos del bloqueo, y es en ese sentido que pudo emitir un
grupo de regulaciones ordenadas por él y enunciadas por los
Departamentos del Tesoro y Comercio para expandir los viajes a Cuba,
expandir también la posibilidad del envío de remesas y permitir algunas
operaciones comerciales, todavía de carácter limitado, en esferas como
las telecomunicaciones, por ejemplo. Cristiana Escobar.- ¿Cuándo podríamos decir que el bloqueo terminó? ¿Qué tiene que pasar para decir que terminó? Josefina
Vidal.- Desde que el bloqueo fue proclamado en febrero del año 1962
oficialmente hasta el año 1996 cuando se aprobó la Ley Helms-Burton,
esto era una prerrogativa del Presidente; o sea, como mismo el
Presidente Kennedy había decretado el bloqueo en el año 1962, un
presidente con posterioridad podía haber declarado el fin de esa
política. En el año 1996 se aprobó la Ley Helms-Burton, que codificó
el bloqueo, que quiere decir que estableció que en lo adelante el
Presidente por sí mismo no podía él finalizar la política de bloqueo,
sino que corresponde al Congreso de Estados Unidos declarar que esta
política concluyó. Sin embargo, es muy importante señalar que esa
misma Ley Helms-Burton, en un acápite posterior a la codificación del
bloqueo, dejó claramente establecido que esto no priva al Presidente de
sus prerrogativas ejecutivas para, mediante un procedimiento que se
llama licencias, autorizar la inmensa mayoría de las cosas relacionadas
con el bloqueo. De otra manera, el presidente Clinton, en los años
1998 y 1999 no hubiera podido modificar algunas cuestiones que
permitieron ampliar los viajes a Cuba de algunas categorías de
norteamericanos. Si no hubiera sido así, tampoco el presidente Clinton
hubiera permitido el envío, por ejemplo, de algunas remesas limitadas a
nuestro país, y tampoco Obama hubiera podido en los años 2009 y 2011
restablecer las visitas familiares a Cuba, restaurar la posibilidad para
el envío de remesas a nuestro país y también permitir que un grupo de
norteamericanos, que están comprendidos en un grupo de 12 categorías,
pudiesen visitar nuestro país. Y lo que ha hecho Obama ahora es eso, o
sea, usando sus prerrogativas presidenciales ha ampliado las
transacciones, operaciones que se pueden hacer dentro de viajes,
remesas, algunas operaciones comerciales, y esto quiere decir que puede
seguir usándolas. Cristiana Escobar.- ¿Las ha usado todas? Josefina Vidal.- No las ha usado. Cristina Escobar.- ¿Cuántas más tiene? Josefina
Vidal.- El Presidente de Estados Unidos tiene posibilidades, yo diría
que ilimitadas, para vaciar al bloqueo de su contenido fundamental. Según
los abogados que nos asesoran en este tema, porque es una cuestión que
desde el punto de vista legal tiene sus complejidades, hay solamente un
grupo reducido de cuestiones que el Presidente no puede modificar,
porque están prohibidas por la ley. Aparte de esas cuestiones, que son
muy pocas, el Presidente puede autorizar, mediante licencias o del
Departamento del Tesoro o del Departamento de Comercio, todas las demás
transacciones, que incluye comercio, servicios, transportación.
Cristina Escobar.- ¿Y cuáles son las que él no puede cambiar? ¿Cuáles son las que definitivamente dependen del Congreso? Josefina
Vidal.- Para empezar, el Congreso es el único que puede decir un día
se acabó el bloqueo a Cuba. Eso no lo puede decir el Presidente; pero
el Presidente puede aprobar un grupo de cosas, como ya te dije. Ahora,
dentro de las cosas que el Presidente puede hacer se excluyen las
siguientes: está prohibido por ley el turismo a Cuba. Hay una ley del
año 2000, la Ley de Reforma a las sanciones comerciales aprobada por el
Congreso —por cierto, la misma ley que permitió ventas limitadas de
alimentos y productos agrícolas a Cuba—, que prohibió el turismo a
Cuba. Eso quiere decir que el Presidente ni siquiera en uso de sus
facultades puede cambiar esto, o sea, Obama no puede permitir que los
norteamericanos viajen libremente a Cuba. Cristina Escobar.-
Una de cal y una de arena, es decir, se puede permitir el comercio
limitado de productos agrícolas; pero entonces se prohíbe el turismo. Josefina
Vidal.- Esa fue una condición que se impuso en la negociación de
aquella ley por parte de los sectores que estaban opuestos a que se
permitieran las ventas agrícolas a Cuba. Por esa razón, en esa
ocasión, de acuerdo con decisiones anteriores tomadas por el presidente
Clinton, se habían establecido 12 categorías de personas que podían
visitar Cuba, y eso fue lo que quedó aprobado por la ley, que el
Presidente sí puede ampliar los viajes a Cuba dentro de esas 12
categorías, y es lo que acaba de hacer Obama; pero no puede permitir los
viajes de turismo a nuestro país. Eso corresponde al Congreso y, por
tanto, hasta que el Congreso no apruebe una ley no podrán venir
libremente los norteamericanos a Cuba como turistas. Otra cosa que está prohibida por la ley es el comercio de Cuba con subsidiarias de empresas norteamericanas en otros países. Cristina Escobar.- ¿En Estados Unidos sí? Josefina
Vidal.- Por ejemplo, Obama, en uso de sus prerrogativas, pudiera
permitir mañana que una compañía norteamericana comercie con Cuba,
comercie en ambas direcciones, que exporte y que importe; pero Obama no
puede permitir, porque es una prohibición del Congreso, que la filial,
la subsidiaria de esa misma empresa en otro país pueda comerciar con
Cuba. Cristina Escobar.- Eso es parte de la extraterritorialidad del bloqueo. Josefina Vidal.- Exactamente, y eso está contenido así en la Ley Torricelli del año 1992. Otro
elemento que está prohibido por Ley del Congreso y que el Presidente no
puede modificar, es la prohibición para conceder créditos a Cuba para
comprar productos agrícolas. La misma Ley del año 2000, la Ley de
Reforma a las sanciones comerciales que permitió ventas limitadas, bajo
determinadas condiciones, de productos agrícolas a Cuba, estableció que
no se podía conceder créditos a Cuba para la adquisición de estos
productos y que la única manera que teníamos de comprar era pagando en
efectivo y por adelantado. Esto quiere decir que Obama no puede cambiar
eso; pero Obama pudiera permitir que otros productos que no sean
agrícolas se vendan a Cuba con créditos, eso es una prerrogativa
presidencial que él puede usar autorizando licencias y no está prohibido
por el Congreso. Cristina Escobar.- ¿Y eso no está entre las regulaciones anunciadas por el Departamento del Tesoro? Josefina
Vidal.- No está entre las regulaciones. Por eso nosotros decimos que
las medidas que ha anunciado recientemente el Presidente son medidas
positivas, van en una dirección correcta; pero todavía están limitadas a
un grupo reducido de esferas, de áreas, y no quiere decir que todas sus
prerrogativas se han agotado. Recientemente, entre las medidas que
aprobó el Presidente está la posibilidad de que instituciones
financieras norteamericanas establezcan relaciones de corresponsalía con
bancos cubanos. Se supone que podremos empezar a usar el dólar en las
transacciones autorizadas entre Cuba y Estados Unidos, que no son
muchas; pero, por ejemplo, sigue prohibido el uso del dólar por parte de
Cuba en sus transacciones financieras con otros países. Eso es algo
que el Presidente pudiera permitir. Cristiana Escobar.- Es
decir que podemos comprarle a Estados Unidos en dólares, pero no le
podemos comprar a ningún otro país en dólares. Josefina
Vidal.- Exactamente, según las nuevas regulaciones que incluyen la
posibilidad de exportar a Cuba, por ejemplo, algunos equipos de
telecomunicaciones, se supone que vamos a poder pagar en dólares
estadounidenses por esas operaciones comerciales; sin embargo,
seguiremos imposibilitados de usar el dólar en las operaciones de Cuba
con otros países. Obama pudiera permitir el comercio mucho más allá
de esto que se ha limitado a la esfera de las telecomunicaciones, eso no
está prohibido por ley. Obama pudiera permitir importaciones a Estados
Unidos de productos de nuestro país, importaciones de servicios. El
Presidente de Estados Unidos tiene potestad, por ejemplo, para permitir
también que Cuba pueda comprar en terceros mercados productos con más
del 10% de componentes norteamericanos, lo cual hoy está prohibido, él
pudiera emitir una licencia general para facilitar eso. También
pudiera permitir, por ejemplo, que se importen a Estados Unidos
productos de terceros países en cuya elaboración se han usado materias
primas cubanas. Eso no está comprendido en las actuales medidas. Con
esto lo que yo quiero decir es que hay un camino bastante ilimitado,
diríamos, de posibilidades para que un presidente de Estados Unidos,
mediante sus facultades y mediante la emisión de licencias permita
vaciar al bloqueo de una parte muy significativa de su contenido, y
dejar al Congreso solamente lo que es potestad del Congreso, que son
cosas como las que te mencioné, y, por supuesto, sepultar
definitivamente el bloqueo a Cuba, que eso se tiene que hacer mediante
un acto congresional. Cristina Escobar.- Uno de los temas
más debatidos en las conversaciones que sucedieron hace poco tiempo
entre Estados Unidos y Cuba fue la Ley de Ajuste Cubano, en la petición
de Cuba de que esta termine y, además, la opinión de la delegación
estadounidense de que no es voluntad del gobierno que esta termine. Y
uno de los temas que mencionó precisamente la Subsecretaria de Estado
para Asuntos del Hemisferio Occidental es que la política de “pies
secos, pies mojados” era una ley, una cuestión soberana de Estados
Unidos. ¿Es una ley? Josefina Vidal.- No, no es una ley.
Aquí hay dos cuestiones: nosotros hemos tratado durante años en
nuestras rondas de conversaciones migratorias con el gobierno de Estados
Unidos de enfatizar el criterio de que es necesario normalizar el flujo
migratorio entre los dos países, porque no es de interés para Cuba ni
de interés para Estados Unidos que se mantenga un flujo migratorio
irregular, un flujo ilegal por vía marítima, pero tampoco una entrada
irregular en territorio de Estados Unidos desde terceros países de
cubanos que salen del país de manera legal, y esto ocurre debido a la
combinación de dos factores, y por eso nosotros decimos que este es el
principal estímulo a la emigración ilegal y al tráfico de personas desde
Cuba, y esos dos factores son: La Ley de Ajuste Cubano y la política
de “pies secos, pies mojados”. La Ley de Ajuste Cubano se aprobó en
el año 1966 por el Congreso de Estados Unidos para regularizar la
situación migratoria en que se encontraban muchos cubanos que habían
salido del país a partir del triunfo de la Revolución en 1959 y no
habían legalizado su estatus migratorio en Estados Unidos, teniendo en
cuenta que muchos de ellos aspiraban a regresar a Cuba con la ayuda de
Estados Unidos. Eso se fue prolongando en el tiempo y el gobierno de
Estados Unidos llegó a la conclusión de que ese limbo migratorio en que
se encontraban miles de ciudadanos cubanos en Estados Unidos había que
eliminarlo, y se aprueba la Ley de Ajuste Cubano. Y la Ley de Ajuste
Cubano es muy sencilla, es un párrafo que dice que el Fiscal General de
Estados Unidos, que es el Secretario de Justicia de ese país, tiene el
poder discrecional para ajustar el estatus de los cubanos que en ese
momento se encontraban en Estados Unidos; pero esa Ley no dice que ese
poder discrecional hay que aplicarlo automáticamente a cualquier cubano
que se presente en el territorio de Estados Unidos, no importa la forma
que ha usado para llegar allí. Y lo que ha pasado es que con los años
lo que plantea esta Ley se ha aplicado con un carácter automático a
todos los cubanos que llegan a Estados Unidos, independientemente de las
vías y de las formas que hayan usado para hacerlo. Por lo tanto, hay
potestad ejecutiva, en el Poder Ejecutivo en el gobierno de Estados
Unidos para aplicar la Ley de Ajuste Cubano como dice la Ley, de manera
discrecional y no automática. A esto se añade la Política de pies
secos, pies mojados, que es una política que existe en Estados Unidos
desde principios de los años noventa; no está asociada, como dice alguna
prensa erróneamente, a la salida de emigrantes ilegales desde Cuba,
tiene sus antecedentes en otros flujos migratorios, sobre todo desde
Haití a Estados Unidos, y es una política que es gubernamental, no es
una ley del Congreso, y es una política según la cual la persona que es
interceptada en altamar es devuelta a su país de origen y la persona que
logra llegar a Estados Unidos se le permite permanecer en el país, y es
una política que, como podrán entender, también estimula la emigración
ilegal. No solo eso, también alienta el tráfico de emigrantes y también
pone en una situación peligrosa vidas de personas en el mar o los
expone a actividades de grupos delictivos que se dedican al tráfico de
emigrantes; o sea, genera una serie de problemas adicionales, y más
recientemente también está produciendo fenómenos asociados al fraude de
documentos migratorios, teniendo en cuenta que hoy día se hace valioso
para algunas nacionalidades adquirir algún documento cubano, a partir
del tratamiento exclusivo, preferencial que reciben los ciudadanos
cubanos. En síntesis, este es el principal estímulo a la emigración
ilegal que nosotros hemos reiterado a Estados Unidos que es
imprescindible abordar y enfocar, con vistas a normalizar los flujos
migratorios entre nuestros países y a evitar situaciones como la
exposición de las vidas de personas a peligros, situaciones peligrosas
en sus intentos de llegar a ese país. Cristina Escobar.-
¿Podríamos afirmar entonces que es imposible tener relaciones
migratorias normales con Estados Unidos mientras no se quite la Ley de
Ajuste Cubano? Josefina Vidal.- Claro que lo podemos
afirmar. De hecho, la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies
secos, pies mojados” son instrumentos que se aplican con carácter
exclusivo para Cuba, no existen leyes similares para otros países, de lo
contrario estaríamos viendo una arribada descontrolada, masiva de
emigrantes del mundo entero, como parte de la tendencia natural que
siempre ha existido en el mundo, desde hace siglos, de que algunas
personas tratan de moverse, tienden a moverse de países con menores
niveles de desarrollo hacia países con más desarrollo. Cristina
Escobar.- Hay una percepción, Josefina, cuando uno escucha a los
diplomáticos estadounidenses referirse a este tema, y también cuando lee
la prensa internacional, de que si se le critica es porque ellos han
cedido sin Cuba haber cedido lo que ellos piden, como si Cuba tuviese
que hacer cosas para complacer los intereses de Estados Unidos y así
nosotros, pues, tener la posibilidad de tener relaciones diplomáticos
con ellos. ¿Esto es así? En términos diplomáticos, ¿cuál es su opinión
sobre esto? ¿Cuba tiene que hacer cosas para complacer a Estados
Unidos? Josefina Vidal.- Las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos han sido históricamente asimétricas. Por lo tanto, no se
puede aplicar un enfoque de lo que llama en diplomacia de quit pro quo,
yo te doy algo y tú me das algo, no se puede aplicar con automatismo,
teniendo en cuenta que hay muchas más cosas que desmontar del lado de
Estados Unidos que del lado de Cuba, porque en Cuba no tenemos sanciones
contra empresas o ciudadanos norteamericanos, tampoco tenemos un
territorio ocupado en Estados Unidos que podamos cambiar por el
territorio ocupado en la base naval en Guantánamo, no tenemos programas
financiados desde Cuba con vistas a influir dentro de la situación de
Estados Unidos o a promover cambios en el orden interno de Estados
Unidos, no tenemos trasmisiones radiales y televisivas ilegales,
especialmente concebidas desde Cuba hacia Estados Unidos, sino que es lo
contrario. En fin, hay un grupo mayor de políticas y de medidas que
hay que cambiar del lado de Estados Unidos que del lado de Cuba. Por
supuesto que en todo proceso de negociación diplomática, en algunos
temas es posible encontrar puntos en los que podemos decir: Bueno, yo
estaría dispuesto a dar esto y yo estaría dispuesto a dar lo otro, aun y
cuando sea asimétricamente, con vistas a irnos acercando hacia la
solución de muchos problemas. Lo que pasa es que hay una confusión, y
la prensa, de alguna manera la prensa internacional alimenta la
confusión en el sentido de que hay personas que piensan, o que aspiran o
pretenden a que como parte de este proceso de negociación Cuba pondría
sobre la mesa cuestiones que son totalmente del orden interno cubano y
que son cuestiones de soberanía cubana. Eso no va a ocurrir. Nosotros
hemos reiterado, incluso en entrevistas a la prensa de Estados Unidos,
que las cuestiones de orden interno en Cuba no son negociables, como no
son negociables para ningún otro país. Cristina Escobar.- Las de ellos mismos, por ejemplo. Josefina
Vidal.- Las de ellos mismos ni las de ningún otro país, esas
cuestiones son de competencia única y exclusiva del pueblo cubano que
soberanamente en referendo ha decidido el rumbo de este país y que le
tocará al pueblo de Cuba decidir siempre. Por lo tanto, nunca se
pondrán sobre la mesa en este proceso de negociación para resolver
problemas pendientes, cuestiones de carácter interno o cuestiones
dirigidas a promover cambios en nuestro orden interno. Y eso yo creo
que es importante que se tenga claro. Por eso cuando a mí me
preguntaron la semana pasada en una conferencia de prensa, yo dije: No
se puede pretender que para mejorar las relaciones con Estados Unidos o
para avanzar en ese largo y complejo proceso que vamos a tener por
delante hacia la normalización de las relaciones, Cuba va a negociar
cuestiones de orden interno a cambio de una política de Estados Unidos
que ellos mismos han reconocido como fracasada, ni vamos a negociar
cuestiones de carácter interno, de la soberanía cubana, por el
levantamiento del bloqueo. Fuera de eso, en un proceso de negociación,
todo lo que no atente contra la soberanía de un Estado, todo lo demás
puede formar parte de un proceso de negociación; de lo contrario no
habríamos tenido los resultados del pasado 17 de diciembre cuando,
después de 18 meses de un proceso de negociaciones entre ambos países,
fuimos capaces, sobre la base del respeto absoluto a la igualdad
soberana y a la independencia de nuestros países, de identificar
cuestiones que eran muy importantes, en las cuales ambos teníamos
intereses comunes y que pudimos resolver. Son siempre procesos
complejos, procesos yo diría que prolongados, arduos, pero demostramos
que incluso en temas sensibles se puede, cuando hay una buena voluntad,
encontrar una solución y esa es la voluntad que hemos trasladado como
parte de estas conversaciones y de este proceso que comenzamos, y hemos
reiterado al gobierno de Estados Unidos que estamos enfocando estas
conversaciones con un espíritu constructivo y con plena disposición para
encontrar solución a los problemas que se han acumulado a lo largo de
54 años y también de identificar áreas —que son muchas— de interés común
en las que nuestros dos países pueden cooperar por el beneficio común. Cristina Escobar.- Usted se sentó mesa de por medio con la delegación estadounidense, ¿cuál es la voluntad de ellos? Josefina
Vidal.- Bueno, después de que nuestros Presidentes anunciaron
simultáneamente la decisión tomada de restablecer relaciones, primero,
y, segundo, avanzar en un proceso hacia la normalización, creo que esa
voluntad está de ambas partes. Cristina Escobar.- Pero más
allá del restablecimiento de las relaciones, ¿hay un cambio de objetivos
en Cuba por parte de la política exterior de Estados Unidos? Josefina
Vidal.- No puedo decir que haya un cambio en los objetivos. Se ha
iniciado, yo diría, una nueva etapa; una nueva etapa en las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos. La etapa anterior vamos a decir que
existió hasta el 17 de diciembre de 2014, era una etapa que estuvo
caracterizada, signada por la confrontación. Yo diría que pasamos ahora
de la etapa de una confrontación abierta, con políticas muy agresivas y
hostiles, a una etapa en la que hemos decidido que vamos a restablecer
relaciones para buscar solución a algunas de esas políticas hostiles que
permanecen y que deben cambiar en esta nueva fase que abrimos, y una
etapa en la que no van a desaparecer las contradicciones, no van a
desaparecer las diferencias políticas entre Cuba y Estados Unidos, que
son profundas; no van a desaparecer las divergencias de concepciones,
por tanto no van a desaparecer las fricciones, los problemas. Pero sí
se supone que vamos a transitar hacia un período en que cuando
restablezcamos relaciones, vamos a dotarnos de mecanismos que no
existían —que no existen todavía, pero que se supone que los vamos a
construir—, para lidiar con esos problemas, con esas dificultades, con
esas fricciones de manera civilizada, para buscarles solución de manera
conjunta, aun cuando no desaparezcan las diferencias. Creo que no han
desaparecido los objetivos de la política de Estados Unidos hacia Cuba,
de hecho la señora Roberta Jacobson, quien nos visitó la semana pasada
al frente de la delegación de Estados Unidos, lo dijo, Estados Unidos no
ha modificado sus objetivos estratégicos hacia Cuba, lo que cambian son
las formas, las tácticas. Pero, bueno, nosotros estamos listos para
adentrarnos en esa fase de enfrentamiento de nuevo tipo. No todos los
países del mundo coinciden en sus aproximaciones y sus concepciones, y
hay países que se relacionan con objetivos contrarios unos hacia otros,
pero se puede demostrar que teniendo objetivos contrarios podemos buscar
una mejor y más civilizada manera de relacionarnos, sin renunciar a lo
que cada parte cree, pero, como decía, armándonos de instrumentos y
mecanismos para poder dirimir los problemas, las diferencias y al mismo
tiempo buscar puntos de contacto que existen y puntos de interés común
para avanzar en una relación de convivencia civilizada y pacífica entre
nuestros países; convivencia difícil, pero que creo que es posible. Cristina Escobar.- En caso de que para finales de este año,Josefina,
como es presumible, el bloqueo de Estados Unidos permanezca, como
seguramente será y el Congreso se tardará en tomar una decisión más
clara sobre esto, ¿Cuba volvería a presentar en Naciones Unidas a la
Asamblea General una resolución de condena a este? Si así fuese, ¿se
imagina que Estados Unidos votaría en contra, significará que ellos
están votando en contra de su propio gobierno? ¿Cómo ve esta
circunstancia? Josefina Vidal.- No sé cómo votaría Estados
Unidos, es algo que ellos tendrán que decidir, discutir y dirimir. Del
lado de Cuba, por supuesto, mientras el bloqueo se mantenga, y el
bloqueo se mantiene, el propio presidente Obama lo reconoce, y el propio
presidente Obama ha estado diciendo ya que va a involucrarse
personalmente en un debate con el Congreso dirigido a lograr el fin del
bloqueo; en fecha reciente, la misma semana pasada él instó, hizo un
llamado al Congreso de Estados Unidos en su Discurso sobre el Estado de
la Unión a levantar el bloqueo, por tanto, el bloqueo está, está
presente, se mantiene, el propio gobierno de Estados Unidos lo reconoce
así, y mientras esa situación se mantenga, por supuesto que Cuba va a
insistir en su reclamo de que se levante el bloqueo, porque es una
política obsoleta, es una política que ha dañado los intereses de
Estados Unidos, pero daña al pueblo de Cuba, el propio Presidente de
Estados Unidos lo reconoció el pasado 17 de diciembre. Por tanto es una
batalla y es algo que continuaremos haciendo hasta que esa política no
sea definitivamente eliminada. Cristina Escobar.- Habrá que esperar entonces para ver por quién votan, o con su gobierno, o con el mundo, o con el Congreso. Josefina Vidal.- Habrá que ver. Cristina Escobar.- Habrá que ver. Roberta
Jacobson en su conferencia de prensa se refirió mucho a la situación de
los diplomáticos estadounidenses en La Habana y su petición de que
puedan viajar por todo el país, pero no se refirió a la situación de los
diplomáticos cubanos en Estados Unidos, tanto en la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York, como en Washington DC. ¿Cuál es la
situación que tienen actualmente? ¿Se espera que esta situación mejore? Josefina
Vidal.- Mira, Cristina, cuando las Secciones de Intereses se
inauguraron en septiembre de 1977 esto se hizo con libertad de
movimiento total para los diplomáticos de los dos países en las
respectivas capitales, y de hecho el gobierno de Estados Unidos decidió
también aprobar libertad de movimiento para el personal diplomático
cubano ante las Naciones Unidas. Con posterioridad, con los años, como
resultado de las políticas hacia Cuba que distintos gobiernos decidieron
aplicar, se fueron introduciendo restricciones al movimiento de
nuestros diplomáticos por parte de Estados Unidos, y fue el presidente
Reagan el primero que impuso de nuevo —digo de nuevo porque Nueva York
ya tenía limitaciones de movimiento desde principios de los años
sesenta— las limitaciones a Nueva York y aplicó las primeras
restricciones a nuestro personal en Washington. El presidente Clinton
amplió esas restricciones, y esas restricciones se hicieron mucho
mayores aun en etapa de la presidencia de Goerge W. Bush. Por tanto,
estamos hoy en un momento en que hay restricciones para el movimiento de
los funcionarios de Cuba y Estados Unidos en ambos países. Hoy en día
para salir de los límites de La Habana y de los límites de Washington
hay que pedir un permiso. Desde hace dos años hemos estado
proponiendo al gobierno de Estados Unidos pasar a una situación
intermedia, vamos a decir, de eliminar un poco esas restricciones en el
sentido de aplicar lo que se llama como notificación de viaje, no se
eliminan totalmente las restricciones, pero es un marco un poco más
flexible para moverse; pero el gobierno de Estados Unidos no ha accedido
a ello. El gobierno de Estados Unidos en este momento ha estado
planteando que para la apertura de las embajadas es importante la
libertad de movimiento. Nosotros le hemos dicho que estamos dispuestos a
sostener una discusión en esta dirección, pero que para ello es muy
importante que cambie la conducta de los diplomáticos norteamericanos en
La Habana, y en particular nos estamos refiriendo a que debe cambiar la
manera de actuar de esos diplomáticos en el sentido de estimular,
organizar, entrenar, abastecer, financiar a elementos dentro de nuestro
país que actúan contra los intereses de nuestro Estado, contra los
intereses del gobierno y del pueblo cubanos, y hemos dicho eso porque la
Convención de Viena, que debe ser la base sobre la cual funcionen las
nuevas embajadas, establece muy claramente que hay que respetar las
leyes del Estado receptor, y estamos enfatizando esto con mucha fuerza, y
lo hacemos porque nuestros diplomáticos en Washington tienen una
conducta impecable y nunca harían ningún tipo de acción que pueda
interpretarse por el gobierno de Estados Unidos como una intromisión en
sus asuntos internos, es lo mismo que estamos diciendo acá en estas
conversaciones, que el análisis de este tema, o sea, del asunto de la
libertad total de movimiento, que es lo que está planteando la parte
norteamericana, está asociada a un cambio en el comportamiento de su
misión diplomática y de sus funcionarios aquí en La Habana. Cristina
Escobar.- Hay una preocupación expresada por varias personas también
aquí en Cuba, sobre la posibilidad de que cuando se acabe la
administración Obama, ha sido discrecionalidad del presidente Obama
hacer lo que ha hecho, si ganara, por ejemplo, un presidente
republicano, o incluso, una presidenta, o un presidente demócrata, de
que esto pueda acabarse, lo que ha pasado hasta ahora, revertirlo, ¿es
eso posible? Josefina Vidal.- Eso es posible. Hay que
tener en cuenta que —como he dicho— el presidente Obama ha actuado en
uso de sus facultades ejecutivas, esto quiere decir que como mismo él ha
tomado algunas decisiones, un posterior presidente, el presidente que
lo suceda, puede tomar las mismas decisiones en un sentido contrario;
pero, por supuesto esas decisiones pasarían por un análisis del contexto
político, y para que estas decisiones se hagan totalmente
irreversibles, creo que deberían ir acompañadas de algunas leyes
aprobadas por el Congreso de Estados Unidos, y así y todo, nada sería
reversible; porque en la misma medida que un congreso puede actuar en un
sentido, una legislatura posterior puede hacerlo en el sentido
contrario; pero todo eso estaría en dependencia del contexto político, y
yo me preguntaría, si sería costoso o no, o menos costoso, o más
costoso para un presidente que suceda al actual que está en Estados
Unidos, al presidente Obama, revertir algunas medidas que pueden
resultar beneficiosas para muchos sectores dentro de Estados Unidos, y
hablo de sectores de negocio, pero también hablo de cubanos residentes
en Estados Unidos, o de académicos, universidades que se van a
beneficiar ahora de las modificaciones que el Presidente ha hecho en la
política de viajes a Cuba para permitir una mayor interacción entre
nuestros países, intercambios culturales. O sea, eso pasaría siempre
—me imagino yo— por un análisis costo-beneficio, en el orden político;
pero sí se pueden revertir, por supuesto, porque existen las vías para
eso, y es potestad de un presidente tomar esas decisiones. Cristina
Escobar.- En nuestras calles, Josefina, hay muchísima expectativa.
Primero, el entusiasmo por los anuncios del 17 de diciembre, el regreso
de nuestros tres Héroes, la alegría de ver el comienzo de un camino de
restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos; pero
también, a veces el entusiasmo puede llevar a confundir determinadas
cosas. Hay personas que esperan que todo se arregle; hay personas que
esperan un alivio en la persecución económica que supone el bloqueo de
Estados Unidos hacia Cuba, y, por tanto, que eso redunde en una mejoría
de su calidad de vida. Es decir, hay mucha ansiedad sobre este tema
después de 55 años de una política tan hostil. ¿Qué mensaje tiene usted
que darles a esas personas que nos están viendo y que tienen tantas
expectativas en cuanto a las relaciones Cuba-Estados Unidos? Josefina
Vidal.- Bueno, hemos decidido restablecer relaciones diplomáticas y
comenzar conversaciones hacia la normalización de esas relaciones, pero
esto es un proceso; o sea, no todo va a tener solución en el corto
plazo. El primer paso, o el paso inicial que tenemos que dar es la
formalización de las relaciones diplomáticas, y eso es sobre lo cual
estamos negociando en este momento; pero concluido este paso tenemos,
entonces, que adentrarnos en un proceso más prolongado, más complejo,
que es el proceso que hemos llamado hacia la normalización, esto va a
ser a más largo plazo, porque requiere que encontremos solución a muchos
problemas que se han acumulado a lo largo de 54 años, 54 años sin
relaciones; pero sería a lo largo de 56 años, si contamos desde el
propio inicio del triunfo de la Revolución. Por tanto, creo que no
hay que ser ni pesimistas ni optimistas, esto es un proceso y todo
proceso lleva plazos, lleva arduos períodos de negociación. Hay temas
que resolver que son muy complicados, como por ejemplo el levantamiento
del bloqueo, y solamente se encontraría una solución a estas
dificultades económicas que nos han afectado, el día que termine
totalmente el bloqueo, aunque reitero que el Presidente tiene facultades
y prerrogativas presidenciales para ir mucho más allá de lo que ha
hecho hasta ahora, y eliminar muchísimas restricciones que hoy día
conforman la política de bloqueo; pero, en síntesis, es un proceso, va
a requerir tiempo, va a requerir esfuerzo, va a requerir mucho
trabajo de parte de Cuba y de parte de Estados Unidos también. Hay que
negociar la solución de temas complicados; pero, al mismo tiempo, en
paralelo, porque no se puede pensar que esto es un proceso que requiere
que se termine una cosa para empezar a hablar de la otra. Se pueden ir
teniendo muchas conversaciones a la vez, para ir tratando de buscar
solución a problemas que nos pueden tomar un poquito de tiempo; pero a
la vez, podemos, al mismo tiempo, empezar a avanzar en otras áreas que
no son tan complejas, que nos van a permitir, por ejemplo, fortalecer la
cooperación entre entidades cubanas y norteamericanas para mejorar la
comunicación entre nuestros países, la colaboración científico-técnica,
los intercambios de carácter cultural, la interacción entre las
sociedades cubanas y norteamericanas. O sea, en paralelo se puede
desarrollar este proceso que creo que, por sí mismo, tiene sus dinámicas
propias; pero que puede crear condiciones favorables para ayudar a que
se avance en la otra parte del proceso que es más compleja, de la
solución de temas pendientes. Por tanto, creo que tenemos por
delante, diría, una etapa interesante para Cuba y Estados Unidos.
Interesante en el sentido de que vamos a empezar a construir una
relación de carácter distinto, aun y cuando no cambien muchas
apreciaciones y visiones de los dos países, porque no van a cambiar,
creo que podemos construir un período diferente en la relación
bilateral. Estamos conscientes de los retos, de las dificultades que
tenemos que solucionar; pero, a su vez, creemos que hay oportunidades
para desarrollar áreas para una mejor relación entre Cuba y Estados
Unidos, por eso es un enfoque combinado y nosotros tenemos la mejor
disposición. Hemos iniciado este proceso y lo estamos abordando con
un enfoque constructivo, de nuevo, conscientes de que es complejo, que
requiere trabajo, esfuerzo, energía; pero conscientes, al mismo tiempo,
de que es posible en beneficio de Cuba y Estados Unidos que
encontremos —que encontremos al menos— una mejor convivencia, como
yo digo, una convivencia sobre la base del respeto, aun sabiendo que no
van a cambiar nuestras concepciones, que son muy fuertes y muy firmes
sobre muchas cosas. Cristina Escobar.- ¿Usted es optimista o pesimista? Josefina
Vidal.- Yo estoy, diría, en un punto medio, no puedo decir que soy
optimista total, porque hay cosas que se salen de mi control; no todo lo
puede controlar la parte cubana, son dos países y del lado de Estados
Unidos no solo hay un gobierno; hay un gobierno, hay un Congreso, hay
una sociedad, hay un contexto político, por tanto, no todo está bajo
nuestro control; pero tampoco puedo decir que soy pesimista, de lo
contrario, no habríamos llegado al punto en que nos encontramos. Pero
creo que estamos siendo bastante realistas en nuestro enfoque y en
nuestra apreciación de las circunstancias, para tratar de avanzar lo más
posible en la solución de los problemas y, al mismo tiempo, tratar de
aprovechar de la mejor manera posible las oportunidades que se nos
puedan presentar. Cristina Escobar.- Muchísimas gracias, Josefina, ha sido un verdadero placer escucharla. Josefina Vidal.- Gracias a ti, Cristina, el placer ha sido mío. Gracias.
Solo hay una manera viable de retirar a (Alan) Gross de una ecuación suficientemente compleja (con Cuba), afirma este lunes un nuevo editorial de la edición impresa del diario norteamericano The New York Times: La administración Obama debe canjearlo por los tres cubanos que llevan más de 16 años tras las rejas en Estados Unidos.
El diario, que en octubre publicó tres editoriales a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU, reconoció que ”hace
casi cinco años, las autoridades en Cuba detuvieron a Alan Gross, un
subcontratista del gobierno estadounidense que estaba trabajando en un
sigiloso proyecto” para extender una red ilegal en la Isla. “Aunque un creciente número de
líderes en Washington y La Habana parecen estar ansiosos por comenzar a
normalizar la relación entre los países, el caso de Gross se ha
convertido en el principal obstáculo para lograr un avance diplomático”,
asegura el diario en el editorial que se publicó simultáneamente en
inglés y español, y se adelantó en la edición digital en la noche de
este domingo.
Añade
que “en la Casa Blanca, la posibilidad de un intercambio de presos con
La Habana genera ansiedad, debido a las críticas que surgieron en mayo,
cuando Estados Unidos negoció la liberación de un soldado secuestrado en
Afganistán a cambio de cinco líderes del movimiento Talibán”.
Sin embargo, el diario reafirma que “en circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross es una de ellas”.
Gross
viajó a La Habana cinco veces en 2009, bajo la dirección de Development
Alternatives Inc., que tenía un contrato con la Agencia para el
Desarrollo Internacional de Estados Unidos. Fingiendo ser turista,
transportó furtivamente equipos de comunicación, añade el rotativo.
“El
Gobierno cubano, que lleva años protestando los proyectos encubiertos
para promover reformas democráticas en la isla, condenó a Gross en 2011 a
15 años de prisión por actos que atentan contra la integridad del
Estado”, dice.
Reconoce
que “durante los primeros meses de su detención, funcionarios en la
isla sugirieron que estarían dispuestos a liberar a Gross si Washington
suspendía los proyectos cuyo fin es destituir al actual Gobierno cubano.
Esas negociaciones no prosperaron”.
The
New York Times asegura categóricamente que funcionarios norteamericanos
han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario
repatriar a los tres agentes cubanos que fueron condenados en un juzgado
federal en Miami, en 2001.
Sugiere que “para
efectuar un canje, el Presidente Obama tendría que suspender el resto
de la condena de los reos. Esa acción sería justificable si se tiene en
consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas
válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial
que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría
representar para lograr un acercamiento bilateral”.
El
diario asegura que preso que más le importa al Gobierno cubano, Gerardo
Hernández, “fue condenado a cadena perpetua. Hernández, el líder de la
Red Avispa, una agrupación que infiltró grupos de exiliados
cubanoamericanos en el sur de Florida durante la década de años noventa,
fue hallado culpable de conspiración para cometer asesinato. La
fiscalía acusó a Hernández de conspirar con autoridades en La Habana
para derribar aviones operados por un grupo de exiliados que solían
repartir folletos sobre la isla, incitando a una revolución contra el
gobierno. A sus cuatro asociados se les declaró culpables de delitos no
violentos. Dos han regresado a Cuba, y los otros dos van a ser liberados
relativamente pronto”.
Añade del The New York Times:
Un
panel de tres jueces del Juzgado de Apelación del Distrito 11 revocó
los fallos en agosto de 2005, habiendo determinado que un conjunto de
factores impidieron que los acusados tuvieran un proceso justo.
Los jueces establecieron que, en vista de la enorme hostilidad contra
el gobierno cubano en Miami, y de cobertura periodística vilipendiando a
los espías, el jurado no podía ser imparcial. Al revisar el caso
posteriormente, todos los jueces de la corte de apelación dieron revés a
ese fallo y restituyeron los veredictos. Sin embargo, jueces de esa
corte señalaron otras deficiencias en el proceso judicial, que llevaron a
una reducción en la condena de tres de los presos. La jueza Phyllis
Kravitch escribió una opinión disidente, argumentando que la acusación
de conspiración para cometer asesinato imputada contra Hernández no
tenía fundamentos. Los fiscales, según la jueza, no establecieron que
Hernández, quien le proveyó a La Habana información sobre los vuelos,
había acordado con autoridades en la isla que los aviones serían
derribados sobre espacio aéreo internacional. Si los aviones hubieran
sido derribados sobre espacio aéreo cubano, el acto no habría
constituido un delito bajo la ley de Estados Unidos.
El
regreso de Hernández a la isla es una prioridad primordial para el
Presidente de Cuba, Raúl Castro. Los líderes cubanos han celebrado a los
presos como héroes y han protestado que el proceso legal fue injurioso.
Entidades independientes, incluido un panel de Naciones Unidas que
evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, han sido
críticas del proceso judicial.
El
diario reconoce que a través de los años, funcionarios estadounidenses
han dicho que no están dispuestos a intercambiar a los cubanos por
Gross, dado que alegan que los casos no son equivalentes.
“Sin
embargo, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos
diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos tuviera mayores
oportunidades de fomentar cambios positivos en la isla mediante la
expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre cubanos y
norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad que ha
reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de desconfianza
y actos de sabotaje por ambos lados”, asegura.
Y
remata: “Más allá de los méritos estratégicos de un canje, la
administración tiene un deber de hacer más por lograr la liberación de
Gross. Su arresto se llevó a cabo como consecuencia de una estrategia irresponsable.“
El
diario asegura que Gross ha bajado más de 45 kilos de peso durante su
detención. Está perdiendo la vista en el ojo derecho. Tiene dolencias en
las caderas. En junio, su madre falleció. En mayo, luego de cumplir 65
años, Gross dijo que este año será el último que pasa en cautiverio,
amenazando estar dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad.
Sus seres queridos han tomado sus palabras literalmente,
considerándolas como una advertencia de un hombre desesperado.
“Si
Gross muere estando en custodia, la posibilidad de establecer una
relación más saludable con Cuba desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es enteramente evitable, pero hay que actuar pronto”, concluye.
“Los actos de recordación de los héroes caídos van constituyendo con el tiempo cierta especie de tarea disciplinaria, y más o menos – quiérase o no – se van convirtiendo en un acto mecánico… El recordarlos año tras año en discursos va creando esa mecánica… mecánica que, para los que han conocido íntimamente a Camilo, por ejemplo, como yo, choca”. “Yo quería decirles pocas palabras y tratar de expresarles lo que creo que significa, Camilo. Es muy difícil, casi imposible diría”. “Yo conocí a Osmani a través de Camilo, un día de derrota, uno de los tantos días de derrota que tuvimos que afrontar. Nos habían sorprendido; en la huida yo perdí mi mochila, alcance a salvar la frazada nada más y nos reunimos un grupo disperso. Fidel había salido con otro grupo.Eramos unos 10 ò 12. Y había más o menos una ley no escrita de la guerrilla que aquel que perdía sus bienes personales, lo que todo guerrillero debía llevar sobre sus hombros, pues debía arreglárselas. Entre las cosas que había perdido estaba algo muy preciado para un guerrillero: las dos o tres latas de conserva que cada uno tenía en ese momento”. “Al llegar la noche, con toda naturalidad cada uno se aprestaba a comer la pequeñísima ración que tenía y Camilo- viendo que yo no tenía nada que comer, ya que, la frazada no era un buen alimento – compartió conmigo la única lata de leche que tenía y desde aquel momento yo creo que nació o se profundizó nuestra amistad”. “Tomando sorbos de leche y disimuladamente cuidando cada uno de que el reparto fuera parejo, íbamos hablando de toda una serie de cosas.En general versaba la conversación sobre comida, porque, las conversaciones de las gentes versan sobre los problemas más importantes que le aquejan y para nosotros la comida era una obsesión en aquellos días.Así me contó del arroz… no, de la harina, creo que la harina con cangrejo, que era una especialidad de la mamá de Camilo y me invitó a comerla después del triunfo…”
(Fragmentos del discurso homenaje a Camilo Cienfuegos, en el Ministerio de la Construcción, el 28 de octubre de 1964.) Compilación de Idalmis Rodríguez, AIN.
Periodista. Graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el 2007. Cual bitácora en alta mar, este cuaderno de crónicas recoge la navegación de la Isla en las cálidas y a veces turbulentas aguas del Caribe: el rumbo de nuestra nave, los acontecimientos a bordo, el olor a tierra firme, la velocidad con la que nos movemos…